Ubicado en la Costa de Ópalo, entre Calais y Boulogne-sur-Mer, el Cap Blanc-Nez es uno de los paisajes más icónicos del norte de Francia. Con 134 metros de altura, este imponente acantilado de tiza blanca ofrece una vista panorámica impresionante sobre el Canal de la Mancha y, en los días despejados, incluso se pueden distinguir los Acantilados Blancos de Dover en Inglaterra.
Designado «Grand Site de France» junto a su vecino el Cap Gris-Nez, el Cap Blanc-Nez atrae a los amantes de la naturaleza, senderistas y admiradores de los grandes espacios abiertos. Sus senderos señalizados, como el GR120, invitan a recorrer brezales llenos de barrón, tojo y amapolas primaverales, y a seguir la cresta vertiginosa que se extiende sobre el mar.
Durante el recorrido también encontrará huellas de la historia: restos de la Segunda Guerra Mundial, piedras conmemorativas y búnkeres dispersos en el acantilado que recuerdan la importancia estratégica del lugar.
La zona es también un paraíso para los aficionados a las actividades al aire libre: marcha nórdica, parapente, observación de aves migratorias, y por supuesto, los espectaculares atardeceres que encienden de luz y color el mar y los acantilados.
🌿 Consejo al visitante: lleve calzado cómodo y un cortavientos, ya que el clima costero puede ser imprevisible.
👉 En resumen: el Cap Blanc-Nez es mucho más que un paraje natural: es una invitación a viajar entre tierra, cielo y mar, donde la naturaleza salvaje, la historia y la poesía se entrelazan.
